La roca firme detiene el continuo latir del agua.
Una familia de correntinos, construyen su casita a orillas de una esperanza.
El padre sale a buscar, lo que la naturaleza sabia obsequia.
En un pequeño barco. Que lleva el nombre de su hija menor Tomasa.
Tomasa sabe montar de costado, como lo hacen las mujeres en el interior de nuestro país. Tiene apenas diez años y ya sabe ayudar a su madre en casi todo lo de la casa. Como pasa habitualmente en las familias humildes
Su padre construyó un mirador para que su familia disfrute de la vista del río. Viven una vida simple. Tomasa crece y se empieza a hacer adulta.
Conoce al hombre de su vida este le promete el oro y el moro. La engaña.
Tomasa recuerda siempre las tardes escuchando chamamé a orillas del Paraná. Sus ojos se llenan de lágrimas, cuando suenan la banda que oía de pequeña. Ella ahora tiene setenta y seis años.
El hombre que la engaño. Le abrió el juego, ella migra a la ciudad capital.
Ella siempre se ríe de sus miserias, tiene amor para regalar. No existe en el mundo un solo rumor de que ella haya querido engañar a alguien nunca.
Siempre trabajo en el servicio doméstico.
Atendía a sus hijos y a los ajenos.
Muchas veces sin recibir ninguna retribución.
Nunca aporto a la AFIP. Culpa de sus patrones.
Ella me habla desde que estuve en la cuna. Me dice que mi padre ya va a llegar. El trabaja mucho y mi madre más.
Me habla de su corriente... llenó de vida, de risas y de música...
Recuerda con cariño, cuando lavaba la ropa de sus hermanos.
Tiene el corazón abierto, como un río. Navega en sus recuerdos que endulzan mis oidos. El amor es el motor. Que me lleva, por el camino.
Ella se casó con Juan Carlos. San juanino de corazón noble. A los setenta años. Al otro día Juan Carlos casi muere de una pulmonía por bailar hasta altas horas de la noche... Esa hubiera sido la muerta más digna, de un tipo que también trabajo desde los nueve años.
Ayudó a su padre en la obra de construcción.
Morir cantando y festejando.
Él me cuenta que una vez fue el teatro a su ciudad, y él fue por única vez, a ver un espectáculo del estilo. Vio Juan Moreira de los hermanos Podestá.
Me cuenta los detalles nada se le escapo esa tarde.
Ellos dos se aman con locura, aunque nunca lo digan.
Ellos dos se acompañan. Creo que por eso Juan Carlos no se murió en su casamiento. Para no dejar sola a Tomasa.
Ella dice que si se moría el viejo, se buscaba otro tipo al otro día. Los dos se ríen cuando Tomasa dice eso.
Ellos son libres en su alma. Tienen esperanza. Y sobra amor.
Vuelan, aletean en su cariño.
Tomasa lleva criado a más de quince niños. De ella fueron solo dos. A los setenta y seis años. La presidenta se acordó de ella y le brindo la posibilidad de cobrar una jubilación que bien ganada la tiene.
Libres, vuelan entre mate y mate.
Ella dice que el cielo de corrientes no está igual.
Que una gran nube. Tapo el horizonte.
Que los terrenos fueron comprados por un millonario que prometió trabajo y progreso.
Pero lo cierto es que la cosa esta peor.
Y a nadie le importa la ciudad de donde viene Tomasa.
Aparecen peces muertos en sus playas. El gobierno informa que debe ser el frío.
Por alguna extraña razón la gente del Paraná ya no puede vivir de la pesca.
Tomasa sigue hablando de su corrientes como si fuera un paraiso. Dice siempre que ahi que tener esperanza.
Aunque muchas veces llore. De impotencia, de olvido, o de pena por ella misma.
Vaya...una historia muy interesante
ResponderEliminarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
hei, olet lukijani ja joskus myös kommentoinut.. sivullani on lahja, jonka jaan sinulle.. tule ja ota.. toivon koko sydämestä onnellista kesää ja paljon rakkautta elämään.. Kiitos että olet ystäväni. tässä yhteisessä foorumissa, jossa suuri joukko on yksi kansa, kaikki toisiansa rikastaen, jokaisella on oma mielen kuva , runo tai tarina, se on ihana siunaus.. vain siitä syystä jaksamme jatkaa...
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